Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
Venta y consumo permitidos, pero producción y distribución prohibidas. Este ha sido, durante 40 años, el sistema neerlandés en cuanto al cannabis. Una contradicción legislativa que ha llevado a que, según denuncian varios ayuntamientos, haya problemas de orden y salud pública. Para arreglar la situación, desde el Gobierno neerlandés se ha impulsado un experimento por el que varios productores controlados serán los encargados de proveer de marihuana a los coffeeshops de diez municipios.
“El propósito del experimento es determinar si se puede, y de qué manera, suministrar legalmente cannabis controlado a las coffeeshops y cuáles serían los efectos de esto”, se explica en la web del Gobierno neerlandés.
El experimento de cadena de suministro de cannabis parte del acuerdo de coalición alcanzado en 2017 por el Partido Popular por la Libertad y la Democracia, Llamada Demócrata Cristiana, Demócratas 66 y Unión Cristiana, en el que se incluía la promesa de poner en marcha un experimento con el que probar si es posible o no regular una cadena de suministro de cannabis de calidad controlada a los coffeeshops y estudiar los efectos de esta regulación en la criminalidad, la seguridad, en la convivencia social y en la salud pública.
El proyecto, que depende de los ministerios de Justicia y Seguridad, y de Salud, Bienestar y Deporte, ha sido diseñado por un comité independiente liderado por el experto en salud pública André Knottnerus, que comenzó a trabajar sobre ello en marzo de 2018; presentando un informe en junio en el que se expresaba la problemática en cuanto a la distribución del cannabis en los 573 coffeeshops que existen en los 103 municipios del país y que citaba como ejemplo de buenas prácticas la gestión de cannabis medicinal. “Los productos cumplen los más altos estándares de calidad y no son caros en comparación con los precios del mercado actual de cannabis recreativo”, señala el informe. En noviembre de 2019, el Senado aprobó el proyecto de Ley de Experimento de la Cadena de Suministro de Cannabis Controlado, con la que se ponía en marcha el proyecto.
El experimento neerlandés consistirá en que, entre cinco y diez cultivadores, elegidos por el Gobierno, podrán producir cannabis bajo el control gubernamental que será vendido en diez municipios —Arnhem, Almere, Breda, Groningen, Heerlen, Hellevoetsluis, Maastricht, Nijmegen, Tilburg, Zaanstad— que suman más de 1,3 millones de personas. Durante el tiempo que dure el experimento, todo cannabis que se venda en todos los coffeeshops de dichos pueblos procederá obligatoriamente de los cultivos controlados por el Gobierno, manteniendo las normas actuales de edad mínima de 18 años y máximo de 5 gramos por consumidor. Los coffeeshops también estarán obligados a cumplir una serie de reglas entre las que destaca que sus trabajadores hagan un curso en el que recibirán formación para dar a los consumidores información sobre los riesgos del cannabis.
Por su parte, para optar a la licencia que le permita formar parte del experimento, los productores tendrán que presentar un plan de negocio en el que se especifique el modo de cultivo, los tipos de cannabis que cultivará y cómo se gestionará la distribución del cannabis a los coffeeshops, además de su experiencia en el sector agrícola. Podrán optar a una licencia tanto personas físicas como empresas nacidas o con sede en Países Bajos que establezcan el cultivo en el mismo país.
El experimento tendrá una primera fase preparatoria, que se prevé dure un año, durante la cual los coffeeshops negociarán con los productores los precios de compra de cannabis, les informarán de sus necesidades y comprobarán la calidad de la planta. Los ayuntamientos, durante esta fase, aplicarán medidas de control de los coffeeshops para comprobar que estos no vendan cannabis de otras procedencias. Tras esta primera fase, habrá una segunda de transición en la que los coffeeshops podrán seguir vendiendo el stock de cannabis que tengan de otras procedencias. La fase principal del experimento, durante la cual se aplicará al completo el plan de suministro autorizado de cannabis, se calcula que dure un mínimo de cuatro años.