Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
Últimamente llueven las buenas noticias en nuestro sector. Argentina es el último país que se ha sumado a la lista de estados que aprueban el uso del cannabis medicinal. La norma, que ha sido aceptada por la unanimidad de los legisladores, garantiza el acceso al aceite de cannabis a determinados pacientes.
El miércoles, el Senado de Argentina convirtió en ley el proyecto sobre la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta y de sus derivados para el tratamiento de enfermedades como la epilepsia o el Alzheimer, que ya obtuvo luz verde en la Cámara de los Diputados en noviembre de 2016. La nueva normativa garantiza a ciertos pacientes el acceso al aceite de cannabis mediante su importación, hasta que el Estado pueda producirlo por sí mismo.
El proyecto fue impulsado por organizaciones como Mamá Cultiva, fundación integrada por madres cuyos hijos encuentran en el aceite de cannabis la única forma de sobrellevar su enfermedad. Aunque eso sí, la norma autoriza la producción a varios organismos científicos estatales con fines de investigación –Consejo Nacional De Investigaciones Científicas y Técnicas y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria- pero no el autocultivo por parte de particulares; este sigue siendo castigado con penas que oscilan entre 2 y 15 años de cárcel, dependiendo de la cantidad de plantas cultivadas.
“Ahora tenemos un marco legal en lo que es el uso para la investigación y tratamiento y producción en cannabis medicinal. No había nada en Argentina y fue lo que nosotros como madres y organización encontramos”, explicó en declaraciones a la prensa la presidenta de Cannabis Medicinal en Argentina (Cameda).
Con esta ley, Argentina se suma al carro del cannabis medicinal de otros países de Latinoamérica como Chile, Colombia y Uruguay. Mientras que estados como el de Perú, se encuentran en pleno debate social y político sobre la legalización de la planta para uso terapéutico.