Importancia de los terpenos cannábicos
Hoy quiero centrarme en este tema por varias razones. En primer lugar, por el beneficio comprobado que nos otorgan los terpenos, y en segundo lugar, ¿qué sentido tendría una flor sin aroma ni sabor ?…
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En este artículo, desviamos el foco de atención del CBD, el componente medicinal sobre el que más conocemos y que más titulares ocupa últimamente, para centrarnos en los flavonoides. Setrata de otros elementos presentes en el cannabis, que también podemos encontrar en frutas, verduras, vino, flores o té. Estas sustancias naturales podrían tener propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas. Además, sirven para proteger a las plantas de los rayos UV y las enfermedades y atraen a los insectos para favorecer la polinización. También hacen que las flores y las frutas tenganbuen aspecto y contribuyen a su pigmentación del color.
¿Cuáles son los flavonoides más conocidos del cannabis? La investigadora Marilyn Barnett, de la Universidad de Londres, los identificó por primera vez en 1985. Hablamos de la cannflavina A y la cannflavina B, que ya hace 34 años demostraron tener beneficios antiinflamatorios 30 veces más efectivos que la socorrida, universal e intergeneracional aspirina.
Aunque los científicos conocían estas propiedades antiinflamatorias no han podido investigar debido a la prohibición. Ahora que la legalización es una realidad en Canadá y que la ciencia ofrece avances mucho más modernos que en 1985, ha llegado el momento para indagar en estas propiedades.
Por primera vez, una universidad ha estudiado la ruta de los flavonoides en el cannabis. Los investigadores de Canadá han llegado a una conclusión, la planta crea estas importantes moléculas para aliviar el dolor.
«Nuestro objetivo era comprender mejor cómo se crean estas moléculas, que es un ejercicio relativamente sencillo en estos días», ha declarado el biólogo molecular y celular de la Universidad de Guelph, Tariq Akhtar.
«Hay muchos genomas secuenciados que están disponibles públicamente, incluido el genoma de Cannabis sativa, que se puede extraer para obtener información. Si se sabe lo que se está buscando, se les puede dar vida a los genes, por así decirlo, y reconstruir el ensamblaje moléculas como las cannflavinas A y B», explicó Akhtar.
Sin embargo, extraer y purificar estos compuestos no es muy práctico, ya que solo representan el 0,014% del peso de la planta. Por lo que, para producir estos beneficios antiinflamatorios de manera natural, habría que cultivar muchos campos de cannabis. “El problema con estas moléculas es que están presentes en el cannabis a niveles muy bajos”, ha declarado el coautor de la investigación, Steven Rothstein. “Ahora estamos trabajando para desarrollar un sistema biológico para crear estas moléculas, lo que nos daría la oportunidad de diseñar grandes cantidades».
El equipo de investigación ha identificado los genes responsables de crear estas dos cannflavinas, combinando técnicas de genómica y bioquímica. Tariq Akhtar y su staff espera poder utilizar esta nueva información para diseñar metabólicamente su propia medicina. Los investigadores van a empezar a trabajar en este objetivo con la compañía Anahit International Corp., que ya cuenta con una licencia de una patente de su universidad.
«Claramente, existe la necesidad de desarrollar alternativas para el alivio del dolor agudo y crónico que vayan más allá de los opioides», ha declarado Akhtar.
Otros estudios anteriores han dejado claro que la mayoría de los pacientes prefiere el cannabis a los opioides cuando sienten dolor. Otro de los efectos positivos es que se trata de moléculas no psicoactivas, que se dirigen directamente al origen de la inflamación de y “las convierte en analgésicos ideales”.
Hay que destacar que esta investigación se ha podido llevar a cabo gracias a la legalización de la planta en Canadá. Por lo tanto, el trabajo activista es clave para seguir indagando en las propiedades terapéuticas de la planta.
«No hubiéramos podido hacer esto si no fuera por el clima actual en este país que, realmente, impulsa a las personas como nosotros a hacer esta investigación», declaró Akhtar”.
Aún se deben llevar a cabo muchas investigaciones y creo queahora mismo estoy trabajando en Canadá, en un momento en el que estamos recibiendo apoyo del gobierno y apoyo industrial y financiero disponible para investigar esta planta. Se avecinan tiempos realmente emocionantes”.
“Además de los componentes psicoactivos que están típicamente asociados con Cannabis sativa L., existen muchos otros metabolitos especializados en esta planta que se cree que contribuyen a su versatilidad medicinal. Este estudio se centró en dos de estos compuestos, conocidos como cannflavina A y cannflavina B. Estos flavonoides prenilados se acumulan específicamente en C. sativa y se sabe que exhiben una potente actividad antiinflamatoria en varios modelos de células animales”, podemos leer en el extracto del estudio publicado en Phytochemistry.
El resumen continúa:
“sin embargo, casi nada se sabe sobre su biosíntesis. Usando una combinación de enfoques filogenómicos y bioquímicos, se identificó una preniltransferasa aromática de C. sativa (CsPT3) que cataliza la adición regioespecífica de geranil difosfato (GPP) o dimetilalil difosfato (DMAPP) a la flavona metilada, chrysoeriol, para producirlo y B., respectivamente. Se presenta evidencia adicional de una O-metiltransferasa (CsOMT21) codificada dentro del genoma de C. sativa que específicamente convierte la flavona de la planta conocida como luteolina en crioseriol, las cuales se acumulan en C. sativa. Por lo tanto, estos resultados implican la siguiente secuencia de reacción para las biosíntesis de las cannflavinas A y B: luteolina ►crioserol ►canflavina A y cannflavina B. En conjunto, la identificación de estas dos enzimas únicas representa un punto de ramificación de la vía general de flavonoides en C. sativa y ofrece una ruta manejable hacia estrategias de ingeniería metabólica que están diseñadas para producir estos dos compuestos de Cannabis con relevancia médica”.