Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
La formación de Iñigo Errejón, Más País, apuesta por la regulación integral del cannabis, legalizando su uso, tanto recreativo como medicinal, y sin la necesidad de hacerlo por etapas.
En un artículo publicado a mediados de octubre en un diario de tirada nacional, firmada por el propio Errejón y su compañero de partido, Jorge Moruno, toman como ejemplo a Canadá o Colorado (EEUU). En estos lugares, tras la regulación integral de la marihuana, el consumo entre adolescentes ha disminuido. En España, según datos de 2017, más de un 35% de la población entre 15 y 65 años afirma haberla probado alguna vez en su vida. Y más de un 60% afirma que les resulta fácil conseguirla, lo que invita a pensar que su legalización no supondría un cambio drástico en los hábitos ciudadanos respecto a su consumo. Es decir, que no parece muy probable que éste aumentara de manera significativa.
La propuesta de Más País precisaría de una reforma de la actual ley de estupefacientes, ya que, tanto la venta como el cultivo de la marihuana, están tipificadas como ilegales y su consumo y posesión se restringe al espacio privado.
Apunta también Más País el impacto económico de la medida: se generarían puestos de trabajo y, a través de impuestos directos e indirectos, también ingresos públicos que dejarían al mismo tiempo de circular en el mercado negro. La legalización del cannabis implicaría, además, el desarrollo del sector a nivel agrícola e industrial. Todo esto por no hablar de aspectos más intangibles como serían: la desestigmatización de su uso y la seguridad para los que lo consumen de que es un producto que cuenta con unos estándares de calidad y una certificación sanitaria. Lo que permitiría su venta legal y haría que hubiese controles por parte de las autoridades pertinentes.
Es curioso que esta propuesta coincida precisamente con la vista oral a finales de octubre del juicio a Fernanda de la Figuera, conocida como “Abuela Marihuana” y que es una de las más veteranas activistas en España por la legalización del cannabis. Los hechos por los que se la juzgan se remontan al año 2014, cuando se le requisaron de su huerto las plantas con las que abastecía con fines medicinales y terapeúticos a una asociación de mujeres. El fiscal solicita por este hecho cuatro años a Fernanda, una mujer de 76 años y que es toda una institución en este movimiento. De hecho, diversas personalidades del movimiento a favor de la legalización del cannabis, así como de la cultura y el activismo social, han mostrado su apoyo a De la Figuera.
Recientemente, como bien señalan Errejón y Moruno en su escrito, la Organización Mundial de la Salud, basándose en criterios científicos, recomendaba que el cannabis dejase de aparecer en la lista de las drogas consideradas como más peligrosas. Sin perder de vista que, efectivamente, si bien el consumo de marihuana resulta perjudicial para la salud, especialmente en menores, no lo es más que otras drogas legales. Así pues, su legalización y completa regulación parece la opción lógica y razonable. Y que un partido político tenga la valentía de poner sobre la mesa el debate es, por supuesto, una buena muy buena noticia.