Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
Badajoz se ha convertido en la capital española del cáñamo industrial con la inauguración, el pasado 13 de octubre, del Polo Tecnológico del Cáñamo, que tiene como objetivo la investigación sobre los usos de esta planta.
“Dada la actual situación excepcional de crisis sanitaria, es muy probable que en los próximos años se agrave la recesión económica, precisando de respuestas concretas y acciones decisivas, entre ellas, el cáñamo industrial podría ofrecer una oportunidad de regeneración de zonas rurales de nuestra región, con un enfoque sostenible desde el punto de vista medioambiental, económico y agronómico gracias a sus características y múltiples usos”, explica la web de este nuevo centro tecnológico.
El Polo Tecnológico del Cáñamo ha sido fundado por el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura (CTAEX) y Bhalutek Hemp, empresa andaluza que colabora con el Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Málaga y que cuenta con una autorización vigente de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para el cultivo de cannabis con fines científicos. Entre sus socios se cuentan ya una veintena de empresas nacionales e internacionales, como la canadiense Khiron Life Sciences, la portuguesa Kannabeira, la estadounidense Sovereign Fields —también con autorización de la AEMPS para el cultivo de cannabis con fines científicos—, e instituciones como la Universidad de Extremadura o el Centro de Investigación Clínica de Badajoz.
“El Polo ayudará a que haya una filosofía cooperativista y responsable; esperemos que haya una evolución en positivo y que el productor no esté marginado y obligado a trabajar por un salario mínimo”, afirmó Iker Val, director de Bhalutek Hemp, en la inauguración del centro, que tuvo como espacio las instalaciones del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario. En el evento, el presidente del CTAEX, Juan Jose Manzanero, aprovechó para subrayar la necesidad de hacer cambios en la regulación que permitan el desarrollo del sector con garantías legales, poniendo como ejemplo a otros países del entorno, como Italia.
“La planta de cáñamo lleva con nosotros unos 10.000 años y todos sus estudios están demostrando continuamente las ventajas agrícolas, medioambientales y de mercado que puede tener esta planta”, explica Rosa de la Torre, responsable del Área Ciencia y Seguridad de los Alimentos de CTAEX, en un vídeo de presentación del Polo Tecnológico del Cáñamo.
Extremadura ha sido tradicionalmente una gran productora de tabaco, un cultivo cuya producción va en retroceso así que el cáñamo podría tomar el relevo. Según afirma De la Torre en una entrevista al diario Público, «en Extremadura hay unas 13.000 hectáreas de cultivo de tabaco que muchos de sus propietarios están deseando cambiar por otro porque el tabaco está perdiendo cuota de producción y el cáñamo podría ser un cultivo alternativo muy rentable». Por lo pronto, en 2019, según las últimas estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en Extremadura había cultivadas tan solo 27 hectáreas de cáñamo industrial con diez toneladas de producción de las 167 hectáreas y 287 toneladas de producción que se contabilizó en todo el país. Ese mismo año, la AEMPS autorizó el cultivo de 180 metros cuadrados de cannabis en invernadero, según informaba en diciembre de 2019 el diario Hoy.
En la web del Polo Tecnológico del Cáñamo destacan la variedad de productos que se producen a partir de esta planta actualmente, entre los que destacan el aceite, leche o harina realizados a partir de las semillas y sus derivados, con un gran valor nutricional por su alto contenido en proteínas, ácidos grasos esenciales y vitamina E. “Las semillas se consideran como un superalimento”, destacan desde este centro de investigación. También las fibras textiles y cuerdas elaboradas a partir de los tallos de la planta, que podrían utilizarse incluso como alternativa al hormigón, las infusiones o compostaje a partir de sus hojas, y, sobre todo, los productos médicos, alimentarios y cosméticos producidos a partir de sus flores y raíces, que, además, actúan como limpiadoras de tóxicos en el suelo y agua.