Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
El pasado 25 de noviembre el Grupo por la Igualdad de Derechos y el colectivo para la rehabilitación de drogas “Stay Clean” enviaron un comunicado conjunto para pedir al Gobierno de Gibraltar la legalización del uso terapéutico y lúdico del cannabis.
En un extracto del comunicado conjunto que ERG y NGO han enviado a los medios de comunicación piden a Gibraltar “dejar de castigar y penalizar el consumo de cannabis”. Ya que “esa situación sólo beneficia a las mafias, a las que les ha ido demasiado bien durante mucho tiempo y han incrementado sus beneficios. Eso tiene que terminar. Debemos buscar a las autoridades, no a los gángsters, para controlar este problema particular de la demanda y la oferta. Lo hemos dejado demasiado tiempo. ¡El gobierno y la sociedad deben ahora asumir la responsabilidad de recuperar el control!”.
El presidente de ERG, Félix Álvarez, ha declarado que la prioridad del proyecto es fomentar hábitos de vida saludables y desalentar al consumo de sustancias psicotrópicas. También concienciar y regular medidas más efectivas que la criminalización, para reducir los daños médicos del tabaco y del alcohol. Por su parte, Damián Broton, jefe de “Stay Clean” ha agregado que el cannabis es comparable con las drogas sociales aceptadas como el alcohol y ha dicho que apostar por la regulación del cannabis no significa tratar todas las drogas de la misma manera, ya que no es sinónimo de descriminalización general.
Ambas organizaciones creen que ya es hora de que Gibraltar legalice el uso médico y recreativo del cannabis, dado que tantos países en el mundo se están decantando por esta opción. “La conciencia y el control regulatorio, al igual que con el tabaco y el alcohol, han demostrado ser mucho más eficaces que la criminalización en la reducción significativa de daños médicos y criminales”.
ERG y Stay Clean han propuesto esta serie de cambios como parte de un proyecto llamado “Salud Conectada” (“Connected Health”), que pretende modernizar y renovar la legislación gibraltareña, “alejándonos de castigos, multas y una fuerte inversión en policía, tribunales y recursos. Y poniendo nuestro esfuerzo en el apoyo, tratamiento y compasión”.
En su comunicado expresan que el cambio en la ley debería comenzar con el cannabis, pues su uso médico está demostrado, ya que, entre otras cosas, alivia el dolor agudo o crónico. “Hacemos un llamamiento al Comité Interministerial por el bien de nuestra comunidad, para arrebatar el control de la venta del cannabis a la delincuencia organizada y ponerlo en manos del Gobierno”.
Para que se viera la gravedad del asunto, pusieron como ejemplo una situación que resultaría surrealista en nuestra sociedad actual. “Imagínese si fueran perseguidas y encarceladas las personas que beben whisky o vodka. Eso es lo que solía ocurrir en el pasado. Sin embargo, una vez que existió un reglamento, la sociedad empezó a controlar todos los aspectos del consumo del alcohol: pureza del producto, seguridad, publicidad, momentos y lugares donde está permitida su venta, edad permitida para su compra…
Con el cannabis ocurriría igual, expresan, ya que una regulación beneficiaría a todo el mundo: a las autoridades y a la sociedad. A todos menos a los traficantes. El control estaría en manos del gobierno y la gente podría acudir a un profesional de la salud cuando fuera necesario. “De esta manera serían tratados como pacientes, no como criminales”, expresaban.
“El consenso general es que el cannabis puede ser comparable a las drogas sociales aceptadas, como el alcohol y, de hecho, puede incluso ser menos perjudicial en términos de salud. Por este motivo la legalización está siendo cada vez más internacional”. Aunque aboguen por una regulación, es necesario que toda la sociedad la entienda. Para terminar de cerrar esta idea agregaron que no es extraño, ya que los alimentos y las bebidas se regulan para mantener a la sociedad protegida de cualquier daño. “Es el momento de tomar de nuevo el control en todos los sentidos y hablar de una forma más inteligente, proporcionar mejor soporte y tratamiento”, concluía el comunicado.