Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
Lesoto, un país situado al sur de África y completamente rodeado por la República de Sudáfrica, es conocido como la pequeña Suiza africana por su orografía; y es que el 70% de su territorio está compuesto por montañas, cuyas alturas, en ocasiones, superan los 3.000 m.
Durante mucho tiempo fue considerado como un país privilegiado, por su geografía y recursos, De hecho, un estudio realizado en el año 1999 por la Oficina de Naciones Unidas sobre las Drogas y el Crimen revelaba en que, el 70% de la marihuana que entraba en Sudáfrica provenía de Lesoto. Sin embargo la sequía, producida por el cambio climático, la prevalencia del sida que afecta a un 17% de la población y el paro, causado en parte por la devaluación de la moneda sudafricana, el rand, causaron estragos en este pequeño paraíso africano.
Aproximadamente un 20% de sus habitantes tuvieron que emigrar y se vieron obligados a trabajar en las minas de oro, los hombres y limpiando las casas de los más ricos en Sudáfrica, las mujeres.
Sin embargo, un rayo verde de esperanza apareció en el horizonte de Lesoto cuando, en febrero de 2017, se convirtió en el primer país africano en legalizar el cultivo de cannabis. Aunque no era oro todo lo que relucía, ya que tan solo dos empresas extranjeras obtuvieron licencia para cultivarlo, mientras que se prohibía el cultivo a agricultores y población en general. La cosecha, venta y posesión de cannabis o matekoane, que es como se dice en Soto, el idioma principal de Lesoto, sigue, a día de hoy, siendo ilegal en todo el país.
Según Emmanuel Letete, un economista del Ministerio de Planificación y Desarrollo de Lesoto, la comercialización del cannabis tiene el potencial de cambiar la situación económica de muchos habitantes del país, aunque, según Letete, la gente todavía no lo ve. Es más, asegura que, mientras, en el pasado, la geografía montañosa dificultaba la proliferación de negocios agrícolas, con el cannabis, sin embargo, su altitud podría ser la clave de su fortuna.
Para algunos, como el joven activista climático Chirs Ranthini, se trata de un problema racial. Este joven considera que no se deberían tener leyes negras para determinadas personas y leyes blancas para otras y que, si se legalizó en su día el cannabis, tendría que haberse legalizado para todo el mundo, dando así la oportunidad a los pequeños agricultores de prosperar en el sector, de lo contrario, jamás podrán disfrutar de esa fortuna a la que hace referencia Letete.