Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
A finales del pasado abril, fue aprobado en el Parlamento de Líbano el proyecto de ley para la legalización del cultivo de cannabis con fines medicinales. Su aprobación contó con la objeción del partido-milicia chií Hezbolá, así como de varios parlamentarios independientes que también se mostraron contrarios a la legalización. Pese a ello, la aprobación salió adelante.
Hasta ahora, tanto la venta como el consumo y cultivo de cannabis estaban prohibidos en todo el territorio libanés, pese a lo cual, en el valle de la Becá, región situada a unos 30 kilómetros al este de Beirut entre las cordilleras del Líbano y el Antilíbano, su producción ilícita ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. Se da la curiosa coincidencia de que esta es una región en la que Hezbolá tiene gran presencia.
En medio de grandes medidas de seguridad y en plena crisis por el coronavirus, este proyecto ha sido aprobado junto a otro tipo de medidas después de que la consultora americana MacKinsey, especializada en la resolución de problemas referentes a la administración estratégica, afirmase que la legalización del cultivo del cannabis para fines medicinales podría suponer una inyección de cerca de mil millones de dólares para el Estado. Líbano, que atraviesa una grave crisis económica agudizada por la crisis sanitaria y cuenta con una de las deudas públicas más elevadas del mundo, ve en esta medida una oportunidad importante para generar ingresos muy necesarios en estos momentos.
Con la adopción de esta medida, Líbano se convierte en el primer país de Oriente Medio donde el cannabis medicinal e industrial es un producto legal. Además, Líbano ya era considerada una de las tres principales naciones productoras de marihuana en Oriente Medio según Naciones Unidas, pese a su ilegalidad. Con su legalización, los beneficios económicos repercutirían directamente en el saneamiento de las arcas públicas.
La legislación permitirá a partir de ahora el cultivo para productos farmacéuticos y productos de consumo a partir de aceite de CBD y su producción para nuevas industrias legales, como podría ser la producción de fibras textiles.
Alain Aoun, miembro del parlamento por el partido Movimiento Patriótico Libre, manifestó que se ha priorizado la necesidad de ayudar a la economía del país por encima de las reservas morales y sociales que todavía existen hoy en la sociedad libanesa. Tanto la clase política como financiera del país ha depositado su confianza en este proyecto, esperando que la industria del cannabis medicinal e industrial ayude a superar las dificultades económicas que atraviesa la nación.