Debido al fracaso del programa de cannabis terapéutico de República Checa, los enfermos se ven obligados a obtener cannabis de forma ilegal.
Se acaban de cumplir cuatro años desde que el país legalizó el cannabis medicinal. Esta ley se diseñó para proporcionar a los enfermos afectados por determinadas enfermedades la opción de obtener cannabis legalmente y consumirlo con fines terapéuticos con calidad farmacéutica. Sin embargo, la incompetencia, la reticencia y falta de interés por el bienestar de la gente por parte del Instituto Estatal de Control de Drogas han provocado que el programa fracase completamente. ¿Por qué ha sido así?
Según los líderes políticos y expertos involucrados en la redacción del borrador que se aprobó en abril de 2013, República Checa debería haberse convertido en un adalid de país progresista en materia de regulación de cannabis terapéutico. Tal y como afirmó Pavel Kubů, el director general del Instituto Internacional del Cannabis con sede en Praga, en una entrevista para el periódico digital HlHlídacíPes: “En 2013 éramos el segundo país en el mundo en establecer un programa que permitiera a doctores prescribir cannabis terapéutico gracias a un sistema estandarizado de distribución a través de las farmacias. Ahora mismo no somos más que uno de ocho países de la Unión Europea (y uno entre veinte en el mundo) con este tipo de estructura.”
El hecho es que actualmente hay otros países que les llevan la delantera a los checos debido a nuestros obstáculos burocráticos y a la incompetencia total de las autoridades checas responsables de adjudicar licencias a los productores y de distribuir cannabis terapéutico.
Aprender de los errores checos
Vamos a mencionar los problemas principales para que otros países puedan aprender de los errores checos. En primer lugar, los doctores checos deben enfrentarse a un proceso increíblemente complicado y largo antes de poder empezar a prescribir cannabis de forma legal – esto, obviamente, disuade a muchos; actualmente existen solamente dos docenas de doctores en todo el país, que cuenta con diez millones de habitantes-.
En segundo lugar, las autoridades se negaron a que el seguro médico sufragara gastos (incluso parcialmente) del cannabis terapéutico. Esto implica que la gran mayoría de pacientes no pueden permitirse este tipo de terapia, incluso cuando la necesiten desesperadamente. El precio de un gramo de flores secas en las farmacias varía desde los 4€/gramo (producción doméstica) hasta más de 10 €/gramo (material importado de Holanda), que es bastante caro para un país en el que un paciente de cannabis terapéutico medio cuenta con 250-350€ de prestaciones sociales mensuales.
Y por último, el punto más importante: la Agencia Estatal para Cannabis Medicinal (creada por el Instituto Estatal por el Control de las Drogas) debería asegurar un abastecimiento constante de cannabis terapéutico para pacientes checos; sin embargo, existe una falta de conocimientos básicos de los empleados sobre el cannabis y los cannabinoides y les resulta totalmente indiferente el hecho de que la planta ayude de forma mucho más eficiente y efectiva que las farmacéuticas. Esta combinación letal de ignorancia y “amateurismo”, han conducido hasta la situación actual, en la que hay una falta de disponibilidad de cannabis terapéutico en las farmacias desde febrero.
*Pincha aquí para leer el texto original en inglés de Lukas Hurt.