Kannabia Seed Company sells its customers hobby (collection) seeds for personal use. Its germination and cultivation is prohibited. The buyer undertakes to consult the legislation in force in his country of residence to avoid incurring in the performance of an illegal activity.
La primera ley que establece la ilegalidad de la planta del cannabis y sus derivados en el Reino Unido se remonta a principio del 1900.
En los años veinte del siglo pasado, el “Dangerous Drugs act” empezó a criminalizar la posesión del cannabis, permitiendo solamente su uso medico. En1961, conforme a las disposiciones de la Convención Única de las Naciones Unidas en materia de estupefacientes, se criminaliza también el cultivo.
En los años ochenta, Margaret Thatcher y Ronald Reagan emprendieron su lucha en la «guerra contra las drogas», relegando definitivamente el cannabis de medicamento a la categoría de droga peligrosa y, por lo tanto empezó la persecución de la planta y de sus consumidores.
A partir de este momento las drogas ya no son consideradas como un problema de salud publica, sino como un problema de justicia penal.
Para que se puedan vender y suministrar legalmente de esta manera, es necesario que los productos dispongan de las licencias que corresponden a los medicamentos (según la regulación de 2012, Human Medicines Regulations) además de una autorización de comercialización para que puedan ser vendidos, cedidos o publicitados.
El objetivo de la Agencia es tutelar a los pacientes y garantizar el acceso a productos de calidad, seguros y estandarizados, asegurando así cierto control tanto en los productos legalmente introducidos en el mercado, como en quienes los comercializan, aunque el resultado realmente obtenido es que varias empresas comercializan productos con CBD como suplementos alimenticios.
Y si la situación legal del CBD y de los productos que lo contienen, empieza a ser bastante permisiva, no es lo mismo para el thc, ya que la única forma en que este cannabinoide está permitido para uso medico es el Sativex, un medicamento producido por la inglesa GW Pharmaceutics (actualmente la única empresa en el país en disponer de los permisos para el cultivo de cannabis y la elaboración de productos derivados).
En 2006 el Ministerio de Interior autorizó a los médicos a prescribir Sativex, las farmacias a dispensarlo y los pacientes a emplearlo, siempre previa prescripción medica.
En 2010 la Agencia de Regulación de los medicamentos y productos para la salud (Medicines and Healthcare products Regulatory Agency) aprobó el uso del Sativex en el tratamiento de la espasticidad debida a la esclerosis múltiple, autorizando además a los médicos a prescribirlo para otras patologías.
El Sativex es el único medicamento a base de cannabis consentido, el autocultivo no está permitido tampoco para uso medico y los pacientes tienen terminantemente prohibido introducir en el país cannabis medicinal en cualquier otra forma, aunque haya sido legalmente conseguido en otro país.
El Reino Unido empieza así a abrirse nuevamente al uso medico del cannabis reconociendo el potencial terapéutico del CBD. La Universidad de Oxford ha presentado un programa de investigación financiado con 10 millones de Libras por la Kingsley Capital Partners, una entidad privada quea través de la firma biofarmacéutica Oxford Cannabinoid Technologies (OCT), realizará un estudio sobre el rol del cannabis en el tratamiento del dolor crónico, del cáncer y de enfermedades inflamatorias.
El uso recreativo del cannabis en el Reino Unido está prohibido y el cannabis esta clasificado como droga de tipo B. Esto implica que la pena máxima por la tenencia puede llegar a 5 años de cárcel y 14 si se presume la intención de trafico, además de multas hasta un importe indefinido.
La misma pena máxima se impone al trafico, la producción y el cultivo, pero en la realidad raramente se aplica (excepto para los delitos más graves de trafico), ya que se suelen tener en cuenta circunstancias atenuantes, como por ejemplo el uso médico o una clara ausencia de intenciones de trafico.
En cuanto a las semillas, la compra-venta de semillas de cannabis es legal pero no es legal su germinación y su empleo para cultivo, teniendo en cuenta que tampoco está permitido el cultivo para uso terapéutico, aunque nunca se haya aplicado la pena máxima para estos casos.
Una persona acusada de tenencia de cannabis por primera vez, recibe un aviso que no tiene implicaciones penales. Un segundo episodio de este tipo podría conllevar una multa de hasta £80 y si la multa es correspondida en los 21 días desde su emisión, no se prevén ulteriores acciones legales. Una tercera vez puede implicar una visita a la comisaria o el arresto, dependiendo de las circunstancias en las que se encuentra. El arresto es previsto además en caso haya agravantes como por ejemplo fumar en lugares públicos, antecedentes policiales o no ser mayor de 17 años.
En los últimos años se han registrado algunos casos en los que han sido localmente aplicadas posturas más “blandas” con respeto a los consumidores de cannabis o pequeños cultivadores, como en el caso del distrito londinense de Lambeth (Londres) en 2002 (donde el cannabis fue descriminalizado por un breve periodo) o el de Durham, donde desde 2015 el consumo y el autocultivo han sido efectivamente despenalizados por el Jefe de Policía.
A nivel legal el Reino Unido suele inspirarse en las tendencias de Estados Unidos y los intentos de legalización del cannabis son un ejemplo de ello. En los últimos años el problema de los “Legal Highs” en particular con productos de cannabis sintético como la “Spice” o el “Black Mamba” o productos que imitan el éxtasis y la cocaína y el creciente numero de muertes relacionadas con el consumo de estas sustancias, han impulsado el Gobierno a tomar medidas más restrictivas. Estas medidas se han materializado en 2016 en la Ley de sustancias psicoactivas que prohíbe la venta de “cualquier sustancia destinada al consumo humano que es capaz de producir un efecto psicoactivo”.
La nueva legislación, en la que el cannabis es nuevamente prohibido como sustancia psicoactiva, ha conllevado una nueva ola de publicidad anti-cannabis – incluida la historia de la Primera Ministra Teresa May sobre un suicidio supuestamente provocado por el cannabis- que ha condicionado y dañado las recientes perspectivas de legalización.
Podemos solamente esperar que el reciente programa televisivo “Gone to Pot” que presentaba cinco personajes populares de la TV, incluida una estrella del mundo del futbol, explorando el tema del cannabis medicinal y recreativo en los Estados Unidos, pueda ayudar en encontrar un equilibrio. A pesar de que su uso sea bastante normalizado en los países del Reino Unido, la situación legal del cannabis para uso recreativo no parece tener muchas posibilidades de cambiar en un futuro próximo, por lo menos mientras predomine la supremacía de Teresa May y del Brexit en la tierra de la Reina Madre.